jueves, 18 de diciembre de 2008

EDUCACIÓN VIRTUAL, UN EJERCICIO CONCEPTUAL

EL PROBLEMA CONCEPTUAL DE LA EDUCACIÓN VIRTUAL Y LAS IMPLICACIONES DE LOS NUEVOS MEDIOS EN ESTE PROCESO

EL CONFLICTO
Actualmente, el concepto de educación virtual y su definición no se diferencia en mucho al de educación presencial por cuanto lo único que cambia, en muchos casos, es la ubicación física de los participantes del ejercicio educativo  y los medios implementados para lograr la interacción entre estos. De manera general se asocia indiscriminadamente el virtualizar con el digitalizar y de la misma forma se piensa que la educación virtual no es sino la desaparición del medio físico y su reemplazo por medios digitales sin recurrir a cambios sustanciales en la estructura misma de los procesos.
En la misma definición de la palabra virtual existe una diferencia radical cuando se confronta con digital:
Virtual: adj. Que tiene la posibilidad de ser, que es en potencia pero no en la realidad 
Mientras que:
Digital: adj. Relativo al digito 
La primera concepción de virtualidad en la educación parte de la educación a distancia en donde no solo desaparecía el salón de clase tradicional, también lo hacía la interacción con el tutor y los otros estudiantes al implementar una tecnología como medio entre ellos (televisión, radio, correo). Al no existir el aula de clase y al permitir que el estudiante tomara sus cursos desde, por ejemplo, su hogar, el proceso educativo fue “virtualizado” más como connotación de “desaparición” que en el de “posibilidad”.
Podemos deducir entonces que el concepto “virtual” relacionado con la educación parte primordialmente de la desaparición de los referentes físicos tradicionales al mediatizarlos a través de tecnologías propias de un momento histórico, más no de un ejercicio de potenciación del proceso y de replanteo de la posibilidades de, por ejemplo, los nuevos medios.

Se hace necesario establecer una definición de educación virtual que esté acorde con los lenguajes y las velocidades de los nuevos medios, un concepto que no solo haga evidente el proceso de digitalización de contenidos sino que represente de alguna forma el proceso mismo de virtualización. El propósito de este ensayo será el de proponer una definición de educación virtual que esté acorde con las dinámicas de los nuevos medios y brinde una visión para lo virtual que vaya más allá de la desrealización o la desaparición tomando como marco conceptual  las pautas propuestas por Pierre Levy en su libro ¿Qué es lo virtual?  Para lo virtual y el proceso de virtualización.

LAS FORMAS O MODOS DEL SER
Para acercarse al problema de lo virtual Levy propone un quadrivium ontológico con el cual pretende explicar los posibles modos del ser, no como estados puntuales más si como diferentes posibilidades en el devenir de lo humano: lo Virtual, lo Actual, lo Posible y lo Real. En la definición pura del término virtual, como vimos antes, como aquello que existe en potencia pero no en acto podemos deducir que lo virtual tiende a actualizarse, aunque no se concretiza de un modo efectivo o formal, mientras que lo posible ya está constituido pero se mantiene en el limbo. Lo virtual es el eje problemático, el punto en donde confluyen las fuerzas y las tensiones que determinan a un ser.
Entender lo virtual como un modo y característica inherente del ser ofrece una manera mucho más rica, dinámica, compleja y profunda que el simple desaparecer materico, propone múltiples posibilidades de actualización al resolver el problema, una suma de opciones fruto del confluir de fuerzas y tensiones,  la potencia de ser algo más que lo posible.

Si la educación quiere ser realmente virtual tiene que dejar de pensarse como un paradigma de lo actual para convertirse en un eje problemático, hacerse virtual y de esa forma abrir sus posibilidades creativas. Este proceso inverso, de lo actual a lo virtual, Levy lo llama la virtualización pero, una vez más, una virtualización como un potencializar y no como un desaparecer:

Virtualizar una entidad cualquiera consiste en descubrir la cuestión general a la que se refiere, en mular la entidad en dirección a este interrogante y en redefinir la actualidad de partida como respuesta a una cuestión particular. 

La forma como actualmente se lleva a cabo el proceso educativo responde a un paradigma que ha cumplido con los requisitos mínimos durante los últimos siglos, una serie de referentes físicos y metodológicos acompañados de una infraestructura particular que muy pocos cambios ha sufrido, un ejercicio sincrónico de interacción entre docente, alumnos y estos entre sí y una puesta en escena preestablecida acorde con los lineamientos del tipo de clase ofrecida.  Los nuevos medios poseen una serie de características que permiten pensar en implementarlos para mediar en procesos de aprendizaje: la Representación Numérica, la Modularidad, la Automatización, la Variabilidad, la Transcodificación , entre otros. 

La definición de una educación virtual debe o debería tener en cuenta estas formas de ser actuales de la educación, el paradigma geográfico-técnico-formal y la potencialidad de los nuevos medios como respuesta a problemas de comunicación y mediación interactiva.

LA EDUCACIÓN VIRTUAL
Virtualizar un proceso educativo, podemos definir ya, dista mucho del concepto  contemporáneo que se limita a digitalizar los contenidos programáticos de un área temática particular bajo un modelo conductista y publicarlos o representarlos en una plataforma gráfica que para que el estudiante autogestione su educación y establezca sus propios ritmos de aprendizaje. Plantear un proceso virtual de aprendizaje necesariamente debe tener en cuenta el paradigma tradicional y el nuevo (la educación virtual actual) como ejes problemáticos para, a partir de un análisis de las fuerzas y tensiones que a través de ellos confluyen actualizar un concepto que se ajuste de manera más precisa a las posibilidades y requerimientos que los nuevos medios.

Lo actual se convierte entonces en un eje problemático y se  establece la cuestión general a la que se refiere, para nuestro caso el ejercicio educativo pretende generar un cambio cognitivo en el estudiante para lograr la interpretación, análisis y aplicación de los conceptos propuestos. Esta cuestión general depende principalmente de las interacciones, los tiempos, los espacios y los individuos.

Los diferentes tipos de interacción, como los que plantea Moore , deben ser tenidos en cuenta a la hora de virtualizar un proceso educativo. La interacción docente estudiante permite entre otros aspectos la confrontación de conceptos y la mejor interacción con el contenido propuesto. La interacción con los otros estudiantes brinda la posibilidad de generar crítica, reflexión y confrontación frente a los contenidos, según la teoría socio-constructivista es ideal que el estudiante no solo acceda al contenido propuesto por el docente sino que adicionalmente pueda confrontar sus ideas y conceptos con otros estudiantes frente a los mismos ejes temáticos. Estos tipos de interacción no solo deben ser llevados al ejercicio virtual, deberán transformarse y ser adaptados para diferentes tipos de encuentros educativos.

La interacción sincrónica o asincrónica. Los medios actuales permiten, gracias a la ampliación de los anchos de banda, cualquiera de los dos modelos con grados cercanos a la sincronía absoluta. El conjunto entre interacción y sincronía supone primero la no desaparición del docente como mediador entre el estudiante y el contenido y entre los mismos estudiantes y la generación de espacios de acercamiento sincrónico para resolver problemáticas puntuales y reforzar conceptos e ideas planteadas en los contenidos.

El proceso de virtualización busca constantemente una salida de, un éxodo del aquí y el ahora, una desterritorialización, una búsqueda en el afuera. Esa búsqueda en un proceso educativo llevará directamente a la virtualización misma del salón de clase, el centro de gravedad de la academia ya no será la infraestructura física construida, ni las diferentes aulas en complejos edificios, una infinidad de variables geográficas independientes de algún requerimiento físico, más si técnico, establecerán múltiples aquis y ahoras, una heterogénesis del proceso educativo. Los espacios de interacción se regirán por normas establecidas por los medios a través de los cuales se realicen los acercamientos a los contenidos y los otros participantes del ejercicio, la puesta en escena dependerá del medio, no del espacio ni del tiempo. 

El individuo que accede a programas de educación virtual se encuentra con grandes volúmenes de información en formatos como PDF o Word, que no son más que copias literales de libros y enciclopedias, para leer y aprehender de ellos lo que la guía programática haya propuesto. El libro no se virtualizó, tan solo se digitalizó su contenido. 
Un ejercicio educativo virtual tendrá en cuenta la virtualización de los referentes físicos presentes en el modelo tradicional: el libro de texto, el cuaderno y el tablero. Cada uno, como ser actual, será de nuevo un problema para ser desterritorializado, replanteado y actualizado en consecuencia con la virtualización de los tiempos, las interacciones y los espacios.

Antes que formar profesionales o técnicos o tecnólogos en cualquier área, el ejercicio educativo pretende, al menos en su concepción más humanista, formar personas con carácter crítico y que aporten a la sociedad y su contexto, para conseguirlo implementa programas de formación integral en donde se pretende formar a la persona. El carácter humanista de la formación académica y su responsabilidad social no pueden obviarse al virtualizar el proceso y debe hacer parte del planteamiento del problema pero enfocándolo a su resolución mediante estrategias propias de los nuevos medios.

En este ensayo menciono a groso modo algunos de los conceptos que el ejercicio de virtualización educativa debería tener en cuenta para, de verdad, ostentar el título de Educación Virtual. Un ejercicio conceptual más profundo establecerá puntualmente el cómo del proceso de virtualización y las pautas de diseño para productos y desarrollos hipermediales que soporten estos ejercicios. Por ahora y como conclusión quiero rescatar el proceso de virtualización como latente y necesario antes de definir un proyecto educativo virtual, un proceso que incluya al docente y a los estudiantes, su interacción, sus referentes, los contextos y la virtualización de cada uno de estos para, de forma coherente con los nuevos medios, proponer un verdadero esquema de trabajo educativo virtual.

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